La conciencia de las cosas que nos rodean permanece —tal vez obedeciendo a los imperativos de una especie de economía de la atención— subsumida en el fondo de la mirada, que parece dormir o actuar de manera automatizada reconociendo solamente las múltiples formas de la realidad para no tropezar con ellas. En efecto, en nuestro ir y venir cotidiano la mirada resbala sobre multitud de cosas y seres que, literalmente, no vemos: edificios, árboles, pájaros, personas, nubes...
Tal vez por esta razón la iniciativa de Frédérique Soulard, que decidió nombrar las plantas y flores silvestres que crecen en las aceras de su vecindario, en la ciudad de Nantes, con el objetivo de darlas a conocer, haya despertado encendidos elogios entre sus conciudadanos.
No es casual que Soulard sea narradora y miembro de la asociación The Foam of Words, pues su gesto pertenece a la estirpe adánica: el acto de poner nombre —un nombre que ya tienen, es cierto, pero que muy pocas personas conocen— a esas plantas humildes que surgen al paso hace que su existencia se revele literalmente a nuestros ojos. Millepertus, Ruina de Roma, Vergerette, Sagine, son algunos de esos nombres que con letras blancas ha escrito en la calle, sobre los adoquines y las aceras. Nombres poéticos algunos, como la Ruine de Rome (Cymbalaria muralis), que nos recuerdan que «la vida se abre camino».
La iniciativa ha corrido como la pólvora en Facebook, donde alguien colgó las fotos de las plantas con sus nombres. Frédérique Soulard no es botánica de profesión, pero trabajó en el herbolario de su abuela, y siempre sintió fascinación por las plantas y sus nombres vernáculos. Su decisión no ha sido espontánea, sino que maduró con el paso del tiempo, en el convencimiento de que este gesto simple «da vida a las plantas silvestres a los ojos de los caminantes»; más aún, «cambia los ojos de las personas», según palabras de la artista.
El Ayuntamiento de Nantes se ha dado cuenta del valor de esta iniciativa, y ha advertido a los equipos de limpieza que no borren los nombres. Y es que el gesto de la escritora y artista de Nantes ha hecho redescubrir en el espacio urbano, tantas veces opresivo, la humildad de las plantas que no vemos y que, acaso, observan con asombro la ceguera de nuestro atareado discurrir.
Desde nuestro blog saludamos esta iniciativa tan hermosa como simple, que ojalá encuentre imitadores en nuestro ámbito cercano.
-La dirección en Facebook dedicada a
Frédérique Soulard es la siguiente:
https://fr-fr.facebook.com/people/Frédérique-Soulard/100005572995702
