El café es una de las bebidas más consumidas en el mundo, debido principalmente a sus propiedades organolépticas y a su capacidad para mantenernos despiertos y alerta. Es una bebida que no tiene buena prensa, ya que su consumo inmoderado se asocia con frecuencia con efectos dañinos para la salud.
Sin embargo, no mucha gente conoce sus múltiples beneficios, según demuestran varios estudios epidemiológicos desarrollados en la última década. Por poner solo unos pocos ejemplos, el café reduce el riesgo de padecer diabetes tipo 2, enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson, cáncer de piel o daños hepáticos. Recientemente se ha añadido a la lista uno nuevo, derivado del consumo habitual de café, el de contribuir a la integridad de nuestro ADN. Estos beneficios podrían estar relacionados con los antioxidantes del café, en particular con el ácido clorogénico.
Este efecto beneficioso del café, demostrado por una investigación de la Universidad de Kaiserslautern, publicada en el European Journal of Nutrition, viene a respaldar investigaciones previas en las que se había encontrado que el consumo de café estaba asociado a una reducción en el daño oxidativo celular que afecta al ADN.
Los beneficios del café se relacionan con los compuestos bioactivos que se producen en la planta, unos presentes en el grano de café crudo y otros generados tras el proceso de tostado. Estos compuestos químicos son los ácidos clorogénicos, presentes de manera natural en la patata, el café y el olivo. Una de las características del ácido clorogénico es que posee propiedades antioxidantes y anti-inflamatorias.
Por ejemplo, el ácido cafeoilquínico (CQA) es un éster del ácido cafeico y del ácido quínico que aumenta los niveles de enzimas antioxidantes presentes en la célula y elimina las especies reactivas de oxígeno (EROs en español, o ROS en inglés, de Reactive Oxygen Species).
