La Unión Europea ha publicado
este martes en su Diario Oficial la inscripción definitiva en el Registro
comunitario de la Denominación de Origen Protegida 'Cochinilla de Canarias', lo
que supone el reconocimiento europeo para este producto del Archipiélago, el
único en el mundo que cuenta de momento con dicho distintivo de calidad.
Es el único producto en el mundo de estas características que cuenta de momento con dicho distintivo de calidad. El registro se produce en la categoría de Apelación de Origen Protegida (AOP), lo que implica que tanto la producción como la transformación y la elaboración del producto han tenido lugar en el área geográfica a la que se refiere la denominación.
Se trata de un producto de origen
animal que resulta de la desecación natural de las hembras adultas del insecto
de la familia de los Dactylopius coccus- conocido tradicionalmente como
cochinilla-, que, una vez recolectado de las palas de la tunera, se utiliza
para la extracción de un colorante natural que se usa para dar color a textiles,
alimentos o cosméticos.
En Canarias existen varios factores que determinan el carácter específico de este producto, ya que por un lado es el único territorio de la Unión Europea donde se produce cochinilla para su comercialización y por otro, tiene un exclusivo tipo de huésped como es la tunera "Opuntia ficus indica" y un singular tipo de insecto, el "Dactylopius coccus o cochinilla". El proceso de secado es natural, sin componentes químicos, utilizando únicamente el calor del sol.
A ello se suma que la perfecta adaptación tanto de
la planta como del parásito a las condiciones del territorio, le confieren al
producto unas características de calidad, que se manifiestan en una baja
humedad y una elevada concentración de ácido carmínico.
El cultivo de la cochinilla en el
Archipiélago se introdujo en el primer tercio del siglo XIX, cuando, tras
producirse una de las crisis cíclicas de la agricultura, se plantea la
sustitución de los cultivos del azúcar y la vid. Esto coincidió con el auge de
la industria textil en Europa que demandaba todo tipo tintes, entre ellos, en
un lugar destacado, el carmín. Los mejores años de producción fueron desde 1845
a 1869 hasta la aparición de los tintes sintéticos.
Aunque en la actualidad la
producción se ha reducido notablemente en el Archipiélago, en algunas zonas de
Canarias su cultivo sigue jugando un papel dinamizador en la economía local,
donde las labores propias de las producción han derivado en un saber hacer,
fundamentando en un modelo artesanal de obtención del producto, que se ha ido
trasmitiendo de generación en generación, y que ha conducido a que surgieran
vocablos propios vinculados a la actividad.
Fuente: La Provincia
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