La teoría de la morfogénesis química del matemático y criptógrafo británico Alan Mathison Turing (1912-1954), considerado hoy uno de los padres de computación científica, ha sido validada recientemente por científicos estadounidenses. Turing fue una de las mentes más brillantes del siglo XX. Precursor de la informática moderna, creó la famosa máquina de Turing y formuló la tesis de Church-Turing; sin embargo, sus aportaciones a la biología y la química no son tan conocidas como sus hallazgos en el campo de las matemáticas y la lógica formal.
La morfogénesis es el proceso en virtud del cual un organismo desarrolla su forma. Turing fue el primero en explicar este proceso a través de la química. Su teoría afirma lo siguiente: las células biológicas idénticas se diferencian, cambian de forma y crean patrones a través de un proceso llamado reacción-difusión intercelular. Según el modelo de Turing, un sistema de sustancias químicas reaccionan entre sí y se difunden a través de un espacio, es decir, entre las células de un embrión. Estas reacciones necesitan un agente inhibidor para suprimir la reacción y un agente de excitación para activar la reacción. Esta reacción química, difundida a través de un embrión, crea patrones de células químicamente diferentes. La teoría del científico británico predijo que de este modelo podrían salir seis patrones distintos.
Los investigadores encargados de ponerla a prueba crearon anillos de estructuras sintéticas similares a células, e inhibieron y activaron reacciones químicas para comprobar la teoría. Los científicos observaron los seis patrones de células químicamente diferentes, más un séptimo no previsto por Turing.
Esta validación llega 60 años después de la muerte del científico, cuyas aportaciones fueron fundamentales para acortar por lo menos en dos años la Segunda Guerra Mundial, ya que fue uno de los principales responsables de descodificar la máquina Enigma, empleada por el ejército alemán. La muerte de Alan Turing fue un supuesto suicidio que se produjo dos años después de ser procesado por homosexual —como Oscar Wilde. Pudo haber ido a la cárcel, pero eligió la castración química, cuyas inyecciones de estrógenos le produjeron graves alteraciones físicas. La reina Isabel II le concedió el perdón el año pasado a título póstumo.
Esta validación llega 60 años después de la muerte del científico, cuyas aportaciones fueron fundamentales para acortar por lo menos en dos años la Segunda Guerra Mundial, ya que fue uno de los principales responsables de descodificar la máquina Enigma, empleada por el ejército alemán. La muerte de Alan Turing fue un supuesto suicidio que se produjo dos años después de ser procesado por homosexual —como Oscar Wilde. Pudo haber ido a la cárcel, pero eligió la castración química, cuyas inyecciones de estrógenos le produjeron graves alteraciones físicas. La reina Isabel II le concedió el perdón el año pasado a título póstumo.
Más información en: ABC ciencia. Juan José R. Calaza, El caso Turing. Blog del Museo de Informática de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Informática (UPV), Alan Turing.
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