martes, 30 de octubre de 2018

El alarmante descenso de insectos en Alemania, un fenómeno global

Dentro de los ecosistemas terrestres, los insectos son el grupo de organismos eucarióticos con mayor éxito evolutivo. Prueba de ello es su abundancia, su diversidad y el amplio abanico de hábitats que ocupan. Los insectos desempeñan funciones esenciales en los ecosistemas: son los polinizadores por excelencia, ayudan a crear una capa superficial rica en nutrientes por su papel de descomponedores de la materia orgánica, y constituyen una fuente indispensable de proteínas para otros organismos. 

Alemania, sin insectos voladores

Esta importancia que tienen los insectos para el funcionamiento de los ecosistemas explica que las voces de alarma se alzaran, en 2017, al conocerse los resultados de un estudio que evidenció una disminución del 76% de la biomasa de insectos voladores en los espacios naturales de Alemania, documentada desde 1989 hasta la actualidad.

Abeja libando una borraja

Los datos del estudio, publicado en la revista científica PLoS One, abarcan un arco temporal de 27 años y están referidos a 63 áreas protegidas de Alemania. Las zonas de estudio, representativas del paisaje típico del oeste de Europa, presentaban un alto grado de influencia antropogénica.

El estudio fue realizado por investigadores de la Universidad de Radboud (Holanda), de la Sociedad Entomológica Krefeld (Alemania), y de la Universidad de Sussex (Reino Unido), que usaron un protocolo estandarizado para medir la biomasa total. Las cifras muestran que, en los espacios donde antes vivían 100 insectos (mariposas, abejas, abejorros, libélulas, mosquitos o moscas), ahora viven solo 24.

Este descenso es un hecho muy significativo, y ha alarmado con razón a los científicos, sobre todo si se tiene en cuenta que las trampas estaban localizadas en zonas cuya función es preservar la biodiversidad. La razón de la alarma reside en las graves consecuencias que puede tener para los servicios de los ecosistemas, dado que los insectos son, como queda dicho, elementos clave en su funcionamiento.

Campos de soja en Alemania

Causas y consecuencias

«Sospechábamos desde hace tiempo que pasaba algo así, pero es mucho más grave de lo que creíamos», declaró Calpar Hallmann, uno de los autores del trabajo. Según este investigador, se necesitan más estudios para conocer las causas del fenómeno, pero es posible conjeturar que uno de los factores determinantes sea la agricultura intensiva y el uso de plaguicidas, herbicidas y fertilizantes asociadas a ella, ya que todas las áreas estudiadas están rodeadas de explotaciones agrícolas, y, por otro lado, la disminución parece independiente del hábitat, el clima y el uso del suelo.

Las consecuencias ecológicas podrían ser muy graves, ya que, como afirma Hans de Kroon, el investigador principal del estudio, «los ecosistemas dependen de los insectos para la comida y como polinizadores, [y] esto sitúa la disminución de los mamíferos y las aves que se alimentan de ellos en un nuevo contexto». El descenso del número de insectos debe tomarse en cuenta, por tanto, en el análisis de la disminución de la abundancia de especies que dependen de ellos como fuente de alimento.

Un fenómeno global

La disminución del número de insectos es, según afirman los científicos, un fenómeno global. En Estados Unidos se detectó hace ya unos años un descenso notable del número de abejas, el principal insecto polinizador de nuestros campos. La alarma generada fue tal que Barack Obama tomó cartas en el asunto y, en 2014, emitió un comunicado de prensa en el que habló del «reto económico al que nos enfrentamos por el descenso de las poblaciones de los polinizadores.»

Deforestación en Perú

Pero el descenso no afecta solo a las abejas, sino a todos los insectos. En el contexto europeo, diferentes estudios muestran un descenso dramático de ortópteros y lepidópteros. Según el informe  European Red List of Grasshoppers, Cricketsand Bush-crickets (2016), el 28,5 % de los ortópteros de Europa está amenazado. Por otro lado, las poblaciones de mariposas mediterráneas también están disminuyendo, como revela el estudio realizado por investigadores del Centre de Recerca Ecològica i Aplicacions Forestals (CREAF), cuyos resultados muestran «tendencias negativas en el 70% de las especies estudiadas».

Es imposible no recordar, contemplado el futuro que nos aguarda, el dictum de Jonas Edward Salk (1914-1995), el médico y virólogo estadounidense que descubrió la vacuna contra la polio: «si desaparecieran todos los insectos de la Tierra, en menos de cincuenta años desaparecería toda la vida en la Tierra. Si fueran los seres humanos los que desaparecieran, en menos de cincuenta años todas las formas de vida de la Tierra florecerían.»

No debe olvidarse que los insectos, a pesar de su éxito evolutivo, también son víctimas de la sexta extinción, y que la acción humana —en forma de sobreexplotación agrícola, pesticidas, urbanización, pérdida de hábitats, etc.— es en gran medida responsable. Como señaló hace poco el biólogo Claudio Bidau, la pérdida de poblaciones de polinizadores «podría tener como resultado consecuencias catastróficas para la biosfera y el bienestar humano», y es un deber de todo entomólogo afrontar este gran problema «para salvar a nuestros fantásticos insectos».

Fuentes

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